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Los antiguos tenían conceptos peculiares sobre los rituales de belleza, pero también muchas ideas geniales. De hecho, algunas de ellas aún se pueden usar hoy en día. Tras investigar un poco, descubrimos ocho secretos de belleza antiguos que deberíamos poner en práctica hoy mismo. ¡Sigue leyendo para mejorar tu rutina de belleza con secretos antiguos!
Huevos:
Puede que te encanten las tortillas de claras de huevo por la mañana, pero hay un mundo mucho más grande ahí fuera. Los huevos han sido un ingrediente fundamental en el cuidado de la piel durante miles de años. Zhang Lihua, reconocida belleza y consorte imperial de la dinastía Chen, recopiló la receta más antigua registrada para el cuidado de la piel, que data del año 600 a. C. Las claras de huevo aplicadas en el rostro y el cuello reafirman la piel, proporcionando un efecto lifting temporal e instantáneo. La proteína del huevo también hidrata la piel.
Guantes antienvejecimiento:
María Antonieta sabía que las manos eran las primeras zonas donde se notaban los signos del envejecimiento mucho antes de que la ciencia nos lo dijera. Era conocida por usar guantes todas las noches, forrados con cera, agua de rosas y aceite de almendras dulces, para suavizar sus manos.
La crema fría original:
La crema fría original fue inventada en el siglo II (¡en el siglo XX!) por Galeno, y contenía la mezcla especial de ingredientes que la hace tan efectiva. La crema fría original contenía una mezcla de grasa y agua para que tanto la materia orgánica (células muertas de la piel) como la inorgánica (partículas de maquillaje) se disolvieran y eliminaran de la piel, a la vez que la limpiaba y suavizaba. Se le añadió agua de rosas para perfumarla, y así nació el primer cosmecéutico. La crema fría limpia, desmaquilla y suaviza la piel a la vez, ¡y todavía se usa hoy en día!
Excremento de cocodrilo:
Los antiguos griegos usaban excrementos de cocodrilo en sus tratamientos faciales y corporales. Esto le da un nuevo significado a la leyenda de Afrodita, ¿verdad?
Corrección blanca:
Isabel I luchó contra la viruela a temprana edad y llegó a usar maquillaje blanco y espeso para disimular sus cicatrices. Durante esta época de la dinastía Tudor, su piel pálida estaba muy de moda y se convirtió en símbolo de realeza y adineración. Para lograr este aspecto, ¡las mujeres se colocaban sanguijuelas en las orejas para drenarles la sangre de la cara! Desde luego, no vamos a ponernos una sanguijuela en la cara, pero aun así funcionaría si quisiéramos llegar tan lejos.
Leche y miel:
Cleopatra es una de nuestras bellezas legendarias favoritas, conocida por su piel impecable. La historia cuenta que se bañaba en leche, miel y aceite de oliva. Estos tres ingredientes aún se encuentran comúnmente en tratamientos faciales de algunos de los mejores spas del país. La próxima vez que necesites un tratamiento corporal, ¡no busques más allá de tu despensa!
Agua de rosas:
El agua de rosas, que evoca romance y lujo, se remonta al antiguo Egipto, donde también lo hacía. El agua de rosas previene el envejecimiento al reducir las arrugas y cerrar los poros de la piel. También se usaba como limpiador porque podía eliminar fácilmente la suciedad, la grasa y otros contaminantes de la piel.
Palta:
El aguacate fue utilizado hace siglos por las civilizaciones aztecas como hidratante para la piel. El aceite de aguacate ayuda a equilibrar la piel reduciendo el tamaño de los poros para lograr una piel de aspecto saludable. El aceite se absorbe fácilmente por la piel humana y no obstruye los poros.

